Carozos de Damasco

Los carozos de damasco son conocidos por sus propiedades anticancerígenas. Diversas investigaciones señalan que la amigdalina presente en ellos actúa de manera localizada sobre las células cancerígenas activando procesos de apoptosis, es decir, de destrucción celular.
 
Para obtener los beneficios de la amigdalina hay que abrir el carozo del damasco y consumir la pepita que se encuentra en su interior. Idealmente, la pepita debe masticarse lentamente y solo tragarse cuando se haya licuado por completo.