Cola de Caballo
Sus propiedades diuréticas la hacen útil en la hidropesía, tras tornos de las vías urinarias, cálculos en vejiga y riñón. También es efectivo en las congestiones hepáticas, pulmonares y uterinas.
Es un remineralizante. Ayuda a reconstituir tejido óseo y articular.
Notable producto para los deportistas, pues actúa sobre la flexibilidad de los tendones y de las paredes vasculares.
Es un astringente muy eficaz para el sistema genitourinario, reduce hemorragias y sana las heridas.
También es un remedio específico para la inflamación de la próstata.
Purificadora de la sangre, de los riñones, del hígado, del bazo y de la vejiga.
Preparación: hervir una cucharadita en 200 cm3 durante 3 minutos. Dejar reposar 15 minutos antes de tomar.
Tratamientos externos: las inflamaciones de los ojos se reducen con fomentos de té de cola de caballo (gasas embebidas en el té sobre los ojos cerrados). Hay que renovar los fomentos cada 15 minutos hasta reducir la inflamación.
En caso de herpes, granos, inflamaciones, pies agrietados, ulceraciones varicosas, abscesos, lupus y otras enfermedades cutáneas, hemorroides sangrantes, piorrea, gengivitis, aftas, se recomienda un cocimiento de 5 cucharadas de cola de caballo en 1 litro de agua durante media hora, el cual se aplica en lavajes, gárgaras, compresas o cataplasmas. Es un cicatrizante y antihemorrágico.