Menta

Previene la formación de gases en el tracto digestivo y contribuye a su expulsión, relaja los músculos de las vísceras. Estimula la producción de bilis y la secreción de jugos digestivos. Neutraliza los cólicos intestinales, la digestión difícil y flatulenta, las náuseas y los vómitos.
Alivia los dolores de cabeza producto de una mala digestión. Su acción tranquilizante la hace útil en casos de ansiedad, angustia, histeria o tensión nerviosa. Ayuda también para aliviar los dolores menstruales.
Puede reemplazar al té y al café después de las comidas.
Preparación: infusión: echar 200 cm3 de agua hirviendo en una cucharadita de menta. Dejar reposar 3 minutos antes de tomar.
Tratamientos externos: fomentos calientes de té de menta aplicados sobre el pecho de las madres disuelven las durezas que se forman por la leche estancada.
Baños generales con este té (para una bañadera, un puñado) producen una mejoría en los enfermos nerviosos.